Simulacros por compromiso
- Jóvenes no dan prioridad a la seguridad
- Ejercicios de prevención por inercia
Por José Manuel Miranda
ZONA ORIENTE, Méx.- Los municipios de la región de los volcanes han llevado a cabo una serie de ejercicios de prevención en caso de sismo y como una conmemoración del fatídico 19 de septiembre de 1985, año en el que la gran mayoría de jóvenes de este país no habían nacido aún.
Mientras que en el año referido el renglón más numeroso de la población se ubicaba en la niñez de cero a 9 años, hoy esa tendencia se ha revertido y la mayoría de habitantes en porcentaje están entre los adolescentes de 10 a 14 años, seguido de aquellos cuya edad fluctúa entre los 15 y los 24 años, razón por la cual se estima que la inmensa mayoría de los jóvenes mexicanos sólo protagonizan simulacros de prevención porque se les obliga, ya sea en su trabajo o en su escuela.
En un breve sondeo realizado por quien esto escribe, en un rango de edad escolar de secundaria, preparatoria y universitarios, un gran número no recordó al instante el motivo de la conmemoración del 19 de septiembre.
Esto cambió conforme la hora del día fue avanzando, pues al gozar hoy día de la información en tiempo real, algunos entrevistados dijeron haber escuchado que se “celebraba lo del temblor del DF…”, asunto que pone en alta perspectiva la cultura cívica desarrollada por un gran número de personas pertenecientes al grupo de edades al que se alude.
Mientras que en la Ciudad de México se hubo de realizar un simulacro multitudinario de prevención con la puesta en funcionamiento de la alerta sísmica, en algunas municipalidades de la región se puso hincapié en ello y en otras no. Algunas voces de algunas autoridades municipales señalaron, “… quizá es porque aquí no se siente tanto…”
Sin embargo lo más destacado del ejercicio de Protección civil, es que las nuevas generaciones no se involucran con la medida, “en razón de que es algo que no les tocó vivir…”, comentaron algunos entrevistados. Sin duda esto constituye por sí mismo un tema para reflexionar la frase que dice, “el pueblo que no conoce su Historia, está condenado a repetirla…”
31 años han pasado ya de aquella fatídica mañana en que la Ciudad de México sufrió los embates de un movimiento sísmico sin precedentes, mismo que le costó la vida de miles de personas y reconfiguró los estándares de construcción de edificios y viviendas y le cambió por completo el rostro a la ‘región más transparente’ como le bautizara Carlos Fuentes alguna vez…