Fuego y nieve

Sangre, lágrimas y terror…

ANÁLISIS

Chalco y sus números rojos…

 

  • De los municipios más peligrosos del estado de México
  • Gendarmería hasta el 30 de enero
  • Cambios que no serán tales

El gran responsable, le guste o no... (800x675)CHALCO, Méx. –  Luego de un rato en que la rapiña, la insensatez y el valemadrismo han hecho presa de esta municipalidad del suroriente mexiquense, es necesario dejar establecido que los números que realmente le están preocupando a la gente de la calle, no son aquellos que su edil en turno les ha ofrecido en su discurso, sino el de sus muertos y agresiones físicas y patrimoniales que a diario les acontecen por un estado manifiesto de falta de gobernanza  (eficacia, calidad y buena orientación de la intervención del Estado, que proporciona a éste buena parte de su legitimidad) lo cual genera un estado de zozobra y terror social crecientes.

Por ello es de llamar la atención que este fenómeno  provenga en gran parte de la falta de acción policíaca preventiva y de la vinculación de sus propios activos a las filas de la delincuencia, efectos ambos de la corrupción y la impunidad.DSC_0094

Tal aseveración puede considerarse brutal de no ser porque los hechos la respaldan.

El récord de muertes que el año pasado ocurrieron como parte del registro ministerial, fue de 110 personas, de las cuales al menos 105 fueron con violencia.

De los más de trescientos policías que conforman el estado de fuerza municipal, su presencia es nula sobre todo por la tarde y noche, los horarios de mayor incidencia delictiva en las calles de todo el municipio.

Los secuestros no tienen un número real en el que se pueda confiar debido a la falta de denuncia ciudadana motivada por la desconfianza en la propia autoridad encargada de procurar justicia. Pero baste mencionar que los secuestros realizados -hasta tres por semana en meses anteriores- en el poblado de san Martín Cuautlalpan, datan este delito como el peor cáncer que flagela a una sociedad inerme y desesperada.

El principal delito que es el robo de vehículos, no ha bajado, antes bien se ha incrementado debido a la sofisticación de quienes a esto se dedican, además de la amplísima red de “halcones” con que cuentan, la complicidad de la  misma policía  que básicamente consiste en hacerse los desparecidos en los momentos que son requeridos, como ocurrió recientemente en el secuestro del joven Adolfo Osorio.

Aquí hemos documentado someramente la tendencia del titular de la policía municipal Arnulfo Tapia de desestimar las denuncias ciudadanas, de ignorar las órdenes de sus superiores, pretendiendo que hace y no hace como en el caso del hoy llamado “coqueto”, personaje que tuvo un buen rato en jaque a los transeúntes del parque de Tizapa  pesar de las denuncias hechas.

Todo este conglomerado de crímenes por acción u omisión, ha generado que Chalco sea considerado junto a Toluca y Ecatepec, de los tres municipios más peligrosos del estado de México y merecedores de la implementación de la última carta que el Comisionado Nacional de Seguridad, el Dr. Mondragón y Kalb inventara: La Gendarmería Nacional.

Tal estado de fuerza será implementado en esta localidad -sino vuelven a posponerlo- a partir del 30 de este mes, justo un día antes del cumpleaños municipal en el que se presume se anunciarán varios “enroques” y se está convidando a las distintas fuerzas políticas a asistir a modo de una mesa de conciliación para establecer paz entre los asistentes de la clase política priista local.

Ese mismo día se entregarán las patrullas que se supone están desde hace más de dos meses a disposición de la autoridad local y que gran parte de esos vehículos fueron “agandallados” por los regidores y el propio Presidente Osorno para apapachar a sus directores administrativos, en lugar de destinarlos a la vigilancia de un municipio que se cae a pedazos por el descuido institucional.

La víspera de estas fechas, no es muy tranquilizadora cuando ya se analiza que el gran remedio que se implementará en Chalco puede llegar a ser igual de corrupto, pues no existe un observatorio ciudadano que aplique un seguimiento y se vincule con los distintos actores de la justicia local a modo de ejercer una presión real que obligue a esta solución policíaca a cumplir con la encomienda; contrario a eso, ya se piensa en que la negociación entre la delincuencia organizada y los nuevos policías, solo saldrá más cara en cuanto al derecho de piso se refiere. La desconfianza campea.

Curioso será ver qué se hace con el estado de fuerza municipal, del cual se dice “será encapsulado, inhabilitado de acción en las calles”; ¿qué cosa harán entonces, dirigir el tráfico?, también allí hay modo de molestar y extorsionar al ciudadano, como ya ocurre  desde hace bastantes meses. ¿Qué van a hacer con los policías, con sus mandos?

Una cosa es lo que el papel diga y otra la verdad en las calles.

Gris es el panorama cuando  a  quince días transcurridos ya son nueve los muertos con violencia en este municipio de Chalco, 0.6 por día…