ANÁLISIS
¿Mismos errores en el campo?
- No hay diferenciación de regiones
- Buenas noticias, mismos vicios
Por José Manuel Miranda
DURANGO, Méx.- Escuchar al Presidente Enrique Peña en un congreso agrario y saber que el sector al que se dirige tiene en el papel un crecimiento mayor que el general de la economía nacional, nos hace establecer varias interrogantes.
La primera es que si es que en términos anuales el despegue del sector primario se fue hasta el 4.5%, ¿por qué no funciona así para todos los demás sectores como el de bienes de capital y el de servicios?
Dudamos cuando se dice que el campo mexicano se reactivará a través de esquemas de financiamiento radicados en la agricultura por contrato y la agricultura de riesgo compartido, pues es entender que la visión empresarial en la parte económica más anquilosada del país en términos de usos y costumbres llegó para quedarse y se impone a través de canales institucionales y corporativos que no dan opción a quedarse fuera, so pena de no acceder a crédito alguno, ni con la banca de desarrollo ni con la banca comercial.
No dudamos en cambio, que el esquema esté bien encaminado y menos aun cuando la competencia a nivel internacional hace que la modernización del campo sea tan urgente en gran cantidad de regiones, mismas que aún no compiten para ayudar a la autosuficiencia alimentaria.
No olvidemos que en México actualmente está en tasas del 70% según datos oficiales y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) requiere para establecer el parámetro, al menos un 75% de producción de alimentos básicos.
El problema es que entre los asistentes a este congreso, en días previos y en el mismo evento de la CNC se han quejado de las mismas cosas de siempre, el crédito es caro y no llega a tiempo, además de que existen condiciones de desventaja que hacen ganar más a quien no mete la mano en el proceso, es decir, al socio capitalista.
No se diga cuando la diferencia regional se hace presente, si consideramos a los estados del norte que están encarrilados en una agricultura absolutamente empresarial con los del sur en donde la agricultura no es un negocio y solo se entiende como un modo de vida eminentemente de subsistencia.
De este modo, promover indiscriminadamente esquemas que pueden parecer muy atractivos al despegue tecnológico productivo sin tomar en cuenta las condiciones culturales de las regiones, sobre todo las del sur y sureste del país, es cometer los mismos errores de hace setenta años cuando se quiso revolucionar al campo mexicano con la revolución verde, misma que, debido a los factores de pluriculturalismo y tradiciones acendradas, no penetraron en muchas regiones, además de no haber considerado los intereses de cacicazgo que impedían el desarrollo de pueblos sojuzgados por la pobreza.
Esperemos que conociendo la Historia del México contemporáneo, los asesores del Presidente le indiquen que los planes del sector agropecuario y forestal se requieren establecer bajo una óptica de desarrollo regional que potencialice la riqueza de cada rincón de nuestro país, mismo que no ocurrirá de aplicar las mismas medidas en todo el territorio nacional como si fuera un plano igual.
En sus manos está…